¡Construyamos nuestro futuro sin olvidar nuestro pasado!

Por Adrián Rodríguez A
Gerente FEDEAC R.L.

 

Hacia mediados del siglo XIX, en Alemania, la población -en su mayoría rural- tenía necesidades de acceso al crédito; principalmente pequeños agricultores, artesanos y pequeños comerciantes urbanos, pues no tenían los recursos suficientes para adquirir materias primas, abonos, semillas y herramientas de trabajo.

Friedrich W. Raiffeisen, uno de los padres del Cooperativismo de Ahorro y Crédito, propició a partir de 1849 la creación de cajas de ahorro y crédito que beneficiaran a los agricultores. En 1866 publicó la obra “Las cajas de crédito o una fórmula de ayuda de las poblaciones rurales y de artesanos”.

Hermann Schultze-Delitzsch, otro de los padres del Cooperativismo de Ahorro y Crédito, ensayó experiencias similares en áreas más urbanas, tratando de mejorar la situación de la clase media urbana, de los comerciantes y de los artesanos. Su principal obra fue el “Libro de la asociación para artesanos y trabajadores de Alemania”. También redactó el proyecto de ley sobre cooperativas que aprobó el parlamente prusiano en 1867.

Desde entonces las Cooperativas de Ahorro y Crédito se han expandido por el mundo entero bajo diferentes nombres como cajas de crédito, cajas populares, bancos populares o SACCOs en inglés (Savings and Credit Cooperative Societies). También, desde entonces las Cooperativas de Ahorro y Crédito han sido la única opción financiera para poblaciones más vulnerables y excluidas por la banca comercial.

En Costa Rica la idea de las Cooperativas de Ahorro y Crédito comienza a conocerse en medio de las noticias sobre las guerras en Europa, las victorias de Napoleón III y en medio de la cruzada nacional contra los filibusteros. La primer noticia de la idea cooperativa data de 1855 al establecerse una Sociedad de Beneficencia Alemana creada con el único objeto de proteger a los inmigrantes alemanes creando una caja de ahorros para socorrerlos y ayudarles a establecerse en nuestro país.

Hoy en día, en Costa Rica las Cooperativas de Ahorro y Crédito reúnen asociados de muy diversas condiciones económicas y sociales, pero, además de los servicios de ahorro y crédito a las poblaciones más vulnerables se les beneficia con una gran diversidad de programas de acceso a vivienda digna, becas para estudiantes, educación financiera para menores de edad y jóvenes, proyectos comunales de protección ambiental y muchos otros. El balance social de las Cooperativas de Ahorro y Crédito no tiene comparación alguna con ninguna otra entidad financiera. Un balance social con rentabilidad económica y participación democrática lo llevamos en nuestro ADN desde el momento mismo de nuestro origen en el siglo XIX.

Las Cooperativas de Ahorro y Crédito afiladas a FEDEAC R.L. atienden poblaciones vulnerables cuyos salarios son menores a 400 mil colones. Estos asociados reciben más de 4800 créditos de vivienda y más de 60 mil créditos de otro tipo que de ninguna otra forma podrían acceder en la banca comercial. Incluso, nos ha pasado que una entidad financiera nos traslada sus clientes sobre endeudados con tarjetas de crédito para que seamos las cooperativas las que les readecuemos sus deudas. Una práctica conocida, legal pero inmoral. Pero nosotros no dejaremos a nadie atrás. ¡Creo que queda claro que en el mundo hacemos inclusión financiera desde 1849!

No olvidemos nuestro pasado. Forjemos nuestro futuro teniendo presente nuestro propósito original. Hoy el país nos exige mayores esfuerzos para mantener a los más vulnerables en nuestras Cooperativas y no dejarlos caer en manos de prestamistas ligados al crimen organizado. Hoy el país nos exige mayores esfuerzos para extender nuestros beneficios económicos y balance social a las pequeñas empresas, a las mujeres emprendedoras, a los jóvenes desempleados y a las poblaciones de migrantes que buscan en nuestro país una mejor vida para ellos y sus descendientes. En nuestras manos está el cambio y la respuesta. Lo hemos hecho desde 1849.

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