Neuro-conformismo emotivo vrs creatividad sináptica; Neuro economía y finanzas personales aplicadas

Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D

Es conocida la teoría tradicional referente a la división cerebral, en la cual se señala que el cerebro humano está separado en un hemisferio derecho y uno izquierdo, señalando que el primero hace mención a la emotividad, mientras el segundo a la racionalidad, lo cual no es del todo erróneo, pero  tampoco implica que sea preciso, esto pues, realmente la hemisferialidad derecha controla un poco más el tema de la asimetría y la creatividad, mientras que la parte izquierda, se enfoca más bien en la simetría y la solución analítica y lógica de las situaciones. Puede definirse así que los procesos generados en el hemisferio izquierdo, denotan ser más lineales y más de corte pensante, mientras que, en su contraparte derecha, parecen estar asociados más a aspectos que pudiesen asociarse con expresiones derivadas de emociones, señalando a su vez menos procesos ligados al pensamiento complejo. Entonces, al menos en principio las correlaciones lógicas en el manejo de las finanzas personales, deberían ser gestionadas en el hemisferio izquierdo, pues implicarían un orden más lógico en el manejo del dinero que, si este fuese dado en el hemisferio derecho, donde la emoción y la asimetría parecen dominar.

Ahora bien, el cerebro no presenta un funcionamiento tan simple, definido únicamente por dos hemisferios. A esto debe sumársele su división en tres capas cerebrales, denominadas cerebro instintivo (mal llamado reptiliano), cerebro límbico (paleo mamífero) y cerebro neo córtex (neo mamífero), los cuales de forma respectiva controlan los instintos, las emociones y la razón, siendo esta última generada por un proceso neural denominado la sinapsis, la cual no es otra cosa que la capacidad de conectar neuronas entre si, donde a mayores conexiones, implica una mayor capacidad de generación de ideas racionales y de pensamiento estructurado, mientras que en una denominada pre-sinapsis, el cerebro tiende a tener pensamientos simples sin mayor grado de razonamiento. Puede así determinarse una máxima en la conducta neural del individuo, a mayor sinapsis, menos generación de químicos neurales responsables de las emociones (generados en el cerebro límbico), y a su vez menos impulsos irracionales, o instintivos, mismos que son dados en el denominado bulbo raquídeo, parte del sistema instintivo.

Es así que, al ligar la teoría de la conducta neural de la persona al dinero, puede encontrarse la relación de interés dada por una definición donde a mayor acumulación de dinero, más capacidad de adquisición y compra tiene la persona, lo cual repercute en un sentimiento de seguridad y hasta cierto punto de felicidad. Esto, desde un punto de vista neural puede definirse que una mayor acumulación del factor monetario, implicaría la generación de neuro químicos ligados a la dopamina (deseo) y serotonina (satisfacción), los cuales bloquean el temor generado en el cerebro instintivo, y hasta cierto punto denota un proceso sináptico en el cual la persona cree sentirse seguro por la propiedad generada sobre el dinero. La cuestión de interés y conflictiva radica en la forma de adquisición y uso de ese dinero.zAnalizando este punto, si una persona se ve obligada a trabajar e idear formas racionales y creativas (ambos hemisferios), así como un enfoque de corte post-sináptico, el cual conlleve la estructuración de ideas analíticas dadas en el neo córtex, esto implicaría que su cerebro empieza a trabajar de forma racional, suprimiendo hasta cierto punto la generación de químicos emocionales de corto plazo, los cuales pudiesen bloquear el pensamiento complejo, permitiendo a su vez activar el lóbulo frontal, y llegando a un razonamiento puro sobre el valor del dinero, es decir, la persona que debe trabajar para ganar dinero establece una simple ecuación racional en la cual lograr definir el valor real del dinero, pues sabe lo que su adquisición conlleva, esto pues, se ve forzado a usar prácticamente toda la capacidad cerebral, así como todas sus áreas de corte racional, entiéndase el neo córtex, el hemisferio izquierdo y su capacidad sináptica, todo impulsado por un impulso de supervivencia que lo lleva a una acumulación de riqueza por esfuerzo y no por simple placer emocional temporal, sino más bien una serotonina (satisfacción) sostenible en el largo plazo, asociado también al químico del bienestar denominado gaba, pero ligados a una constante acción pensante asociable a la adrenalina, llegando así a un estado de “creatividad sináptica”

A contrario sensu, una persona que reciba dinero sin necesidad de tener que accionar su cerebro pensante, sino más bien impulsada por su cerebro límbico, estaría tomando las decisiones basadas en emociones puras y no racionales, es decir, su fin último es la generación de químicos impulsivos y satisfactorios de corto plazo, los cuales bloquearían los procesos sinápticos y el uso de la capacidad racional, por lo cual la persona caería en un “neuro-conformismo emocional” en el cual la satisfacción sin esfuerzo es lo que parece importar, tema que puede asociarse a un exceso de dopamina (deseo) y serotonina (satisfacción), pero sin ningún esfuerzo de por medio, lo cual claramente bloquearía el sentido común, dado en el lóbulo frontal, y más bien accionaría otros lóbulos más físicos como el temporal (auditivo y olfativo), occipital (visión) o bien el córtex motor para efectos físicos.

Puede definirse de esta forma que en los estados neurales ligados a la “creatividad sináptica” la persona debe maximizar su esfuerzo financiero, ligándose a hábitos como el ahorro, la creatividad e inteligencia financiera, la capacidad de visión a largo plazo, el entendimiento de la deuda necesaria (caso de un lote para reventa o vivienda), así como un desarrollo sostenido de la libertad de apropiación y riqueza, claramente con un enfoque de mayor dignificación del trabajo, pues la persona entiende que este es el único medio racional de generación de riqueza sostenida y neuralmente sostenible en el tiempo.

Mientras que en los estados de “neuro-conformismo emocional”, al denotar la persona un enfoque más basado en neuro químicos y menor uso de su capacidad sináptica, las palabras tales como subvenciones o subsidios estatales no ligados al trabajo denotarían tener un mayor impacto, pues estos afectan de forma directa el cerebro límbico, así como la amígdala (generadores de emociones). De igual forma, frase como “compre ahora, pague después” serían sinónimos de dopamina y serotonina de corto plazo, es decir un placer monetario sin esfuerzo, lo cual claramente en el largo plazo, financieramente se vuelve insostenible, y la situación neural del individuo, puede ser incluso peor, pues desaparecería la serotonina. Tema observable en préstamos para consumo, viajes, o situaciones tan extremas como vender una propiedad para comprar un carro por simple placer. Todo esto sin dejar de lado los enfoques estatistas en los cuales es el Estado quién asume las deudas de quienes las adquieren emocionalmente y no pueden pagarlas.

Es importante dejar claro que no con esto desea señalarse que la deuda sea mala por sí misma, no obstante si hay una clara diferencia entre una deuda productiva y una emocional, donde la primera permite el apalancamiento, ya sea financiero, racional o incluso emocional, pero la persona, neuralmente entiende su magnitud y puede hacer frente a su pago, mas no obstante la deuda emocional, básicamente busca generar un efecto satisfactorio de corto plazo, totalmente químico y emocional, el cual es insostenible en el tiempo, cayendo al punto de poder generar una adicción a ese placer, siendo perjudicial para la persona, pues implicaría cada vez una necesidad mayor de deuda para efectos de mantener su nivel de químicos, mientras que en la deuda racional, esta es dada por un entendimiento a fondo de un bien mayor futuro y sostenible derivado de esta deuda.